Caprichosa niña,
Debilitada por tantos espantos,
Bella como de un pájaro el canto,
Creas con tímida imagen,
Centenar de destellos en mis ojos,
Y en mi rostro apenados
Y velludos pómulos rojos.
Quisimos levantarnos y caímos,
Intentamos de nuevo ser amigos,
Pero nuestro amor,
En un breve otoño
Aunque con nítido temor.
Nos hizo caer en aquella
Ya crecida flor,
Para acunar nuestros cuerpos
Y acobijarnos del bajo temperamento;
Y si te dedico esto
Es para que sepas que no te miento.
Necesito llegarte a amar,
Tu cuerpo y el mío desnudar,
Descansar sobre tus piernas,
Y convencerte
De que contigo quiero estar,
En una plaza, en una parque,
En colinas o el cielo
O en aquella ceremonia
Besándote bajo el velo.
Tu cuerpo es utópico a seguir:
Semblante de armonía y cantos,
Déjame mudar tus llantos,
Eres como yo para ti música,
Me mimas como suave túnica,
Eres yo en ti
Te amo desde
La última vez que te perdí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario